Cuando ponemos en marcha una nueva proyecto o lanzamos un nuevo producto al mercado, al igual que cuando vamos a tener un hijo, el momento de poner nombre a una empresa o producto tiene una relevancia especial, tanto para nosotros como para el futuro de aquello a lo que vamos a nombrar.
Un nombre es para siempre, o debería serlo. Tal es su importancia que existe una disciplina específica dentro del marketing destinada a este cometido: el naming. El debate sobre la importancia real del nombre está abierto hace ya muchos años, y aunque hay argumentos y ejemplos para todos los gustos, y a pesar de que muchos de los nombres de marcas muy reconocidas no parece que hayan tenido un proceso muy sesudo (nombres propios, colores, acrónimos, etc.), sí parece que todos coincidimos en que cuidar, al menos, ciertos aspectos a la hora de poner nombre a una empresa puede facilitar mucho el desarrollo posterior de la marca y, con ello, la labor de marketing.
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Toggle¿Objetivo o Subjetivo?
Cuando estamos considerando potenciales nombres para nuestra empresa, producto o servicio, es vital tratar de mantener el proceso lo más objetivo posible. Un pequeño grupo de opinión compuesto por 2 o 3 personas (incluidas las parejas, hijos y demás familia), no constituyen un comité cualificado ni una muestra suficientemente representativa como para saber el impacto del nombre en tu público objetivo.
La elección del nombre debe basarse en criterios objetivos que simplifiquen y orienten el proceso y que ofrezca ciertas garantías de que el nombre elegido va a funcionar en la mente de los potenciales consumidores, conformando una marca potente que apoye tus objetivos de posicionamiento y la identidad de tu negocio. Para ello es recomendable hacer un trabajo previo para identificar a tus clientes potenciales a fin de seleccionar un nombre que pueda resultar atractivo para ellos, en función de sus motivaciones, sus gustos o su estilo de vida.
Sin embargo, esto no significa que tengas que renunciar a usar tus gustos y preferencias a la hora de poner nombre a tu empresa. A fin de cuentas es tuya. El nombre de tu primera mascota, tu pueblo, o tu hija pueden ser perfectamente válidos, siempre y cuando pasen por una serie de filtros objetivos que se adapten a tu empresa.
Criterios para poner nombre a una empresa
Como parte del proceso de selección de nombre, después de llegar a una pequeña lista de opciones nosotros aplicamos una serie de filtros mediante la valoración, de 1 a 10, de los criterios que se muestran a continuación.
- Apariencia Visual
El nombre va a ser visto por la gente, así que haz la prueba de escribirlo, dibujarlo, ponerlo en contexto (un anuncio, una pizarra …). A fin de cuentas, tu nombre va a ser visto.
- Sonido
Tu nombre también va a ser oído. En la radio, en televisión, cuando te presentes en una feria o hagas una campaña de telemarketing, o simplemente cuando hables con tus clientes. Debe ser fácil de pronunciar por ti y por tu público potencial, inequívoco a la hora de escribirlo o deletrearlo y sencillo de recordar.
- Distinto
En un mar de nombres dentro de tu categoría de empresa o producto, tu nombre debería ser distinto, de modo que pueda captar la atención de la audiencia.
- Relevante
¿En qué medida el nombre refleja la esencia de tu empresa, tu identidad y tu propuesta de valor? El nombre va a evocar ideas, recuerdos y sensaciones en el cliente que deben ayudar a posicionarte en todos los aspectos posibles.
- Calor
Para unir tu marca a los sentimientos esta tiene que ser “humana”, cercana, emocional.
- Potencial
Esta característica a la que llamamos “cebolla” indica la capacidad del nombre para generar asociaciones y significados diferentes que poder ir desarrollando en el tiempo.
- Misterio
A las personas nos gustan los enigmas. Un cierto grado de misterio ayuda a que la gente hable de tu nombre, haga sus propias hipótesis y la rodee de cierta magia.
- Disponibilidad
Esta parte, no por estar al final deja de ser una de las más importantes, hasta el punto de poder ser limitante. Asegúrate que el nombre elegido está disponible en la Oficina Española de Patentes y Marcas y de que los dominios de Internet asociados están disponibles.
- Asociaciones negativas
Aunque muchos grandes nombres de marca son provocativos y presentan significados inicialmente negativos, esta es una estrategia “peligrosa”, por lo que inicialmente te recomendamos evitar nombre con posibles connotaciones negativas.
- Memorable
Hacer que tu nombre se recuerde es una mezcla de muchos de los aspectos anteriores. Aún así, antes de cerrar el proceso te aconsejamos que tomes una perspectiva global y trates de analizar si tu nombre tiene los suficientes elementos que lo hagan memorable.
Estos elementos pueden ayudarte a elegir un nombre para tu empresa que te ayude en el futuro a posicionar tu marca y a desarrollar tus campañas de marketing, pero ten en cuenta que poner un nombre no es una ciencia exacta, y por tanto, son reglas que puedes saltarte siempre que tengas una buena razón para ello.